Me he olvidado de este sitio. De lo que es escribir lo que pienso que puede ir junto. Juntos.
Ahora, estoy en otro lugar. Se parece al otro, uno que pertenece a la memoria.
El grado de tristeza que he sentido debe ser muy bajo si... y dicen, "las comparaciones son odiosas" (¿serán?)... si se compara con otras formas de infinitas tristezas.
Hoy trato de volver. Recordar quién soy aunque lo sepa.
Hay señales. No recuerdo cómo fue que ayer me raspé los nudillos, supongo que fue con la pared, no recuerdo cómo ni cuándo, quizá...
Empecé a escribir esto el primer día del año 2020, hoy estamos en abril, domingo de ramos le dicen.
Ahora recuerdo que para mi abuela Carmen era muy importante ir a la iglesia y que le echaran agua al ramo. Me gustaba acompañarla a la iglesia, hasta que un miércoles de ceniza que nadie quiso o pudo acompañarla, no lo sé... yo tampoco quise, me mandó al diablo... así... al diablo... se enojó mucho, no me arrepiento porque fui muy honesta, estaba entrando en las edades esas donde a tus mayores les respetas pero ya no les tienes miedo... mejor dicho, los quieres más y exploras la honestidad como nueva forma de relacionarte, a pesar de cosas como esas, que tu abuela te mande al diablo por no querer acompañarla a la iglesia.
Mientras me acuerdo de esto sigo en una cierta tristeza, ahora pienso en todas las plantas que dejé en la casa que habitaba, ese lugar se ve ya tan lejano, ahora solamente tengo algunas que mi madre me ha regalado para que ponga por ahí, para disfrazar que no tengo muebles, me molesta mucho no estar. Cuando regreso después de varios días, las plantas suelen estar recién regadas después de días de olvido, mordidas por mis gatos que disfrutan morderlas de las puntas o sacarlas de sus macetas, espero pronto poder ir juntando más y más plantas, no me importa mucho lo de los muebles, aunque estaría bien una silla y una mesa, o un colchón.
Tengo un pequeño refrigerador, allá no tenía, también una estufa, allá tampoco tenía, aquí no se mete tanto el agua de la lluvia.
Quienes estuvieron antes mataron todo el pasto que crecía en el jardín, ahora es solamente un cuadro de tierra, mi coneja no deja que crezca y se la pasa haciendo túneles que sé, le molesta que cubra, pero es que no puede ir más allá, está la tubería, el concreto de la calle. Ella se divierte, por lo menos acá tiene tierra, no la conocía.
Tengo mucho que hacer, pero me aburre empezar. Empecé por lo que pienso me puede llevar a la siguiente tarea, este escrito. Me distraigo, tengo que asomarme a la ventana para verificar que el vecino no se quiera colgar de nuestra toma de luz.
En realidad estoy tratando de distraerme, tengo muchas ganas de llorar. Otra vez. Hay señales.
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